quinta-feira, julho 07, 2005

Vem o Senhor II











(...)
Outras vezes fazes-me rodar e cavalas em mim, cavalgas ainda, tentando talvez chegar àquele lugar no infinito onde a tua montada jamais poderá conduzir-te, por mais que rasgues florestas e desbraves caminhos.

Porque eu sou o caminho. O caminho secreto que leva às fontes do prazer, aos lugares míticos, aos mares enfeitiçados.

Eu sou a floresta. A floresta de recantos secretos, de grutas azuis, de pássaros exóticos.

Eu sou o teu destino e a tua viagem. A tua amante, a tua égua, o teu amor.

Rosa Lobato de Faria, Vem o senhor

1 comentário:

Anónimo disse...

LO INNOMINADO

Lo sabíamos ambos,
por eso era superfluo repetirlo -también eso sabíamos-,
aunque a veces la noche se encarnizara en darnos
las palabras más bellas, por si acaso crecían.
Esas veces que faltaba un mal minuto
para que hubiese chispas rodando por el suelo,
y había que apartar los ojos, y amarrarse
los lazos casi sueltos de la triste cordura.
Porque también sabíamos que era cosa de locos,
desvarío extremado (aunque, sí, delicioso)
y que era necesario extirparlo de golpe,
o sacarle los ojos, o cortarle las manos,
para que no saliese
a la luz y mostrase
su inocencia perfecta, que no iba a entender nadie.

Josefa Parra, Elogio a la mala yerba